miércoles, 21 de noviembre de 2012

Juan de Aguilera - matemático salmantino - introductor del heliocentrismo en España.

Juan de Aguilera matemático, astrónomo, médico y natural de Salamanca  aunque se desconoce la fecha de nacimiento, sí se sabe que murió en 1560 en su ciudad natal.

"Cielo de Salamanca" de Fdo. Gallego

Se licenció en  Medicina en 1532,  aunque desde su juventud se interesó más por las Matemáticas y la Astronomía gracias a la influencia de Abraham Zacut (1452-1510) y Rodrigo de  Basurto profesores de la Universidad de Salamanca.

Cuando era bachiller en Medicina se imprimió la primera edición de la que sería su gran obra Canones  astrolabii universalis (1530). En 1538 ocupó una sustitución en la cátedra de Astronomía de Salamanca. 

De 1540 a 1551 se trasladó a Roma donde atendió como médico a los papas Pablo III (1468- 1549) y Julio III (1487-1555),  pero sin abandonar su estudio de las Matemáticas. También  viajó por toda Italia visitando bibliotecas, consultando libros, conociendo a hombres de ciencia y aumentando sus conocimientos tanto médicos como matemáticos. Se tiene constancia de que acudía habitualmente a las reuniones científicas que, en aquella época, se celebraban en el Palazzo Colonna.

Allí,  entra en contacto con las teorías heliocéntricas del universo y estudia el libro De Revolutionibus orbium coelestium, de Nicolás Copérnico (1473-1543),   publicado póstumamente en 1543 y  es considerado el punto inicial de la astronomía moderna.

Sistema heliocéntrico de Copérnico
Con la adquisición de estos nuevos conocimientos  completa  y perfecciona  su obra  Canones astrolabii universalis (1530)  y el resultado fue su  segunda edición en 1554 impresa por Andrés de Portonaris en Salamanca.

Este libro alcanzó gran fama en su época  porque reunió la resolución de todos los problemas de astronomía y de geometría práctica, explicándolos con gran sencillez y ordenándolos del modo más adecuado para facilitar su aprendizaje.

En  1551,  Juan de Aguilera regresó a Salamanca, y  obtuvo  la cátedra de Astronomía de su Universidad,  hasta su muerte en 1560.  En ella enseñaba  aritmética, geometría, astronomía y cosmografía, y las nuevas teorías científicas que se estaban desarrollando por  Europa. Por lo que se le considera el introductor del sistema heliocéntrico de Copérnico en España.

Canones astrolabii (1554)
Durante estos años reorganizó los estudios salmantinos (Universitas Studii Salmanticensis)  y consiguió introducir de manera oficial, la obra de Copérnico,  en los Estatutos de la Universidad de Salamanca, único centro, en el siglo XVI, que lo hizo, rubricándolos  Felipe II el 15 de Octubre de 1561, justo al año siguiente de su muerte.

 Según consta en estos  Estatutos  se permitía  al  “voto de los oyentes”,  dedicar su exposición  bien al sistema clásico de  Ptolomeo, o bien al entonces muy reciente sistema de Copérnico. Los alumnos elegían leer el Almagesto o leer el De Revolutionibus...

Estos estudios continuaron impartiéndose hasta 1616 año en que la Iglesia condenó a Galileo (1564-1642).

La introducción del estudio  de Copérnico  no   supuso  ningún conflicto ideológico, pues se fijaba más en lo avanzado de los  cálculos astronómicos para la elaboración de tablas de navegación y efemérides   que   en el aspecto  teórico y significado teológico.
Biblioteca Universidad de Salamanca

Hasta 1616, la  obra de Copérnico fue muy  utilizada por los astrónomos y cosmógrafos españoles como una nueva técnica matemática de cálculo muy precisa  y no se cuestionaban nada más.
Incluso había quien  consideraba  que las teorías heliocéntricas no estaban en contra de las Sagradas Escrituras.

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Esta entrada participa  en la edición 3,14159265 del Carnaval de Matemáticas cuyo blog anfitrión es PI-MEDIOS.


2 comentarios:

Juan Martínez-Tébar Giménez dijo...

Esta entrada me ha recordado muchísimo a un libro que seguramente conozcáis y que me encantó "El Matemático del Rey" de Juan Carlos Arce http://www.planetadelibros.com/el-matematico-del-rey-libro-8972.html

SACIT ÁMETAM: dijo...

Gracias, no conocia el libro pero es una buena ocasión para leerlo. Las matemáticas están casi siempre tras los grandes hechos históricos. Sacit Ámetam